Un Fin Para lo que No Empezo

Hoy os dejaré el relato en honor al 2º concurso que tengo activo. ¡¡ Recordad que estáis "obligad@s" a participar ehh !! Aún tenéis tiempo, pero no dejarlo muy atrás que llegan los exámenes.
La historia que os dejo, vuelve a ser real. Tenía yo recién cumplido los 18 años, es decir, de esto hace ya más de 6 años.

Un Fin Para lo que No Empezó

Tenía 18 años, acababa de empezar mi labor como monitora Scout y me vi obligada a realizar el curso de monitora de tiempo libre. En principio, fue una idea que me desagradaba. Nadie más de mi grupo tenía que hacerlo y me veía sola con 30 personas a las que no conocía. Soy una chica extrovertida, y no me cuesta hacer amigos, pero la idea me cohibía un poco.
Por suerte, una vez llegue, me reencontré con una antigua conocida de otro grupo que se encontraba en la misma situación que yo. Nos refugiamos la una en la otra y nos prometimos no separarnos para no encontrarnos solas.
Ella era bastante mas mona que yo, y por lo consiguiente, muchos de los chicos se acabaron acercando a nosotras. En principio, ninguno nos interesaba.
Entre el grupo, había un chico que destacaba. Era un chico alto, bastante atractivo y muy guapo. Se pasaba el día rodeado de muchachas mientras tocaba la guitarra y cantaba. Lo hacia bastante bien, la verdad, pero a mi no me agradaba. Si algo había detestado siempre, eran las personas que les gustaba presumir de lo que hacían bien. A mi parecer, este chico le gustaba sentirse rodeado y que las chicas babearan por él y a mi eso me creaba rechazo. Casi no mantuve palabras con él.
Acabo el primer puente de curso, y todos volvimos para casa. Nos volveríamos a reencontrar en Navidad, para el típico concurso de villancicos. La verdad, me moría de ganas por que aquella fechas llegasen. Había hecho amistades y volverlos a ver era algo que me alegraba.
Llego la Navidad, y con ello, el reencuentro. Besos, abrazos, risas ... todo era buen rollo. Para mi sorpresa, Rafa, el chico de la guitarra, se acerco a saludarme como si fuéramos íntimos amigos. Al principio fue un poco chocante, pero en media hora, estaba super agusto a su lado y hablando con él. Cuando acabo el concurso, Rafa me pidió mi messenger y mi número de teléfono, y nos prometimos seguir en contacto.
Así fué, en poco más de dos días, el uno sabía todo del otro y viceversa. Tengo que confesar que me equivoque a la hora de juzgarlo. Era un chico muy tímido y para nada esperaba impresionar a nadie con su música. Lo hacia por que le evadía y le hacia sentir bien. Me confeso que tocaba en un grupo de música celta y me invito a varios de sus conciertos. Yo asistí encantada. En poco tiempo, me sentí atraída por él.
Llego la noche de Reyes y habíamos quedado a solas para ir a ver las carrozas y disfrutar de esa tarde tan mágica juntos. Fui feliz aquella tarde. Nos besamos mientras jugábamos a los dardos en un pub y paseamos de la mano por todas las calles de la ciudad. No quería que acabase aquel día y aquella noche le pedí a los Reyes que no acabará lo que acababa de empezar.
¿Cual fué mi sorpresa a la mañana siguiente? Que todo había acabado. Él no sentía lo mismo que yo y no tenia ganas de empezar algo conmigo.
Llore durante días y no quería ni oír su nombre. Solo el pensar que en Febrero teníamos que coincidir de nuevo en el curso, me mataba de dolor. Rafa me rompió el corazón y el curar esas heridas fue un trayecto lento y doloroso. Aún recuerdo la de tazas de fresas que me comía junto a mi amiga para consolar el dolor que él dejó en mi.