Una Decisión Acertada

¡¡ Hola Chic@s !!

¿Qué tal estáis? Aquí os dejo el relato que he enviado para un nuevo concurso.

¡¡Deseo que os guste!!

Con ansias, espero vuestros comentarios.

¡¡Mil besitos y Hasta Pronto!!

Una decisión acertada

Sé que mi situación no era fácil de asimilar. Cuando el doctor me diagnosticó mi enfermedad me asusté. No era capaz de aceptarla y mi mente se apoderaba de la situación. Al salir de la consulta, me quede paralizada y no era capaz de moverme de las paredes de aquel hospital. Me asustaba salir al exterior y tener que ser consciente del futuro que se aproximaba. Aún no era nada grave, solo un pequeño tumor. El médico me había comentado que era dañino pero si lo tratábamos a tiempo se quedaría en un pequeño susto. Solo tenía que guardar un poco de reposo y llevar una vida algo más sana de lo habitual. También debería someterme a algunas sesiones de quimioterapia pero con suerte, en unos meses estaría tan sana como siempre.

Aun así, me quedaba lo más difícil, comentárselo a mis cercanos. Ya me estaba imaginando las palabras de mis padres y de mis familiares, pero lo que más me preocupaba era contárselo a mi chico. Siempre habíamos presumido de ser dos chicos jóvenes y sanos y no sabía como iba a asimilar tal noticia. Tenía mucho miedo a su reacción. No quería que todo esto pudiese perjudicar nuestra relación tan “idílica”.

Tuve que tomar decisiones. Decidí mantener mi malestar en secreto y dejar a mis seres queridos al margen. Quería que ese marrón solo me salpicara a mi y no hacer pasar malos momentos a nadie más. Iba a ser más duro de lo previsto, pero pensándolo fríamente, si todo iba como el doctor decía, seria cuestión de ocultarlo solo unos meses.

Empecé mis sesiones de quimioterapia, mis visitas periódicas al hospital y al ambulatorio... El desgaste que me hacían las sesiones no tenía que ser visible para nadie. Toda mi familia estaba a kilómetros de distancia y el único que podría observar alguna anomalía dormía en mi misma cama. Si conseguía engañar a Luis, todo estaba ganado.

No era fácil, Luis me conoce a la perfección y observaba que no todo iba como de forma habitual. Me notaba más cansada y me veía más pálida. Siempre tenía excusas que darle, pero sentía que ya se me acababan. La regla la había usado ya más de dos veces al mes como excusa, el calor, una bajada de tensión, que no había desayunado... ¿Qué más podía inventar? Mi imaginación no daba para tanto.

Pasaban los días y no observaba mejoría. Ningún médico era capaz de decirme que ocurría pero algo me decía que ocultaban información. Yo misma veía que no todo iba como se especulaba y que el tratamiento no funcionaba como prometían los doctores.

Un día, mi médico se acerco a mi. Cuando lo vi venir me imaginé lo peor, nunca antes había visto esa expresión en su cara. Sus gestos lo delataban. Evidentemente, no fallé. Mi doctor me comunicó que el tumor se había extendido y que no podían hacer nada más por mi. No daba fecha exacta, pero no me prometía mucho tiempo de vida.

Si os sois sincera, no sentí miedo. Siempre he sabido que la vida tiene un fin y al menos yo, tenía la “suerte” de conocer cuando iba a suceder. Ahora solo tenía que disfrutar, vivir todo lo que me faltaba y sobre todo ser feliz. Ahora si que no me arrepentía de haber mantenido mi enfermedad en secreto. Gracias a aquella decisión ahora podía disfrutar de todos los míos sin que ellos sintieran lástima por mi.

Aproveche cada día al 100%. Viaje a mi ciudad con la excusa de unas merecidas vacaciones y visité a cada uno de mis familiares. Con todos me hacia fotografiás y le entregaba algo personal. Quería que cuando me fuera cada uno de ellos pudieran mantener un recuerdo sin tener que haberme delato. Pasé largas horas con cada amigo que había dejado olvidado. A todos ellos les aconseje y les desee lo mejor en la vida.

Cuando volví, solo tenía que estar con Luis. Busque cada momento libre para estar a su lado. Salíamos, paseábamos, nos besábamos... Parecíamos dos adolescentes recién enamorados. Hacíamos el amor cada noche, siempre con la añoranza de que podía ser la ultima vez. Nunca me había sentido tan ardiente y pasional que por aquellos días. Le repetía una y otra vez lo mucho que le quería y le agradecía cada momento que me había hecho vivir. Él era la razón de mi vida y quería que lo tuviese claro cuando me tocará marchar.

Conseguí mi propósito y fui feliz. Dos meses más tarde de que el médico me comunicará que había empeorado, cerré los ojos por ultima vez.

Deje a mi familia desolada y a Luis derrotado. Nadie comprendía como podía haber pasado aquella “tortura” yo sola. Muchos me tacharon de egoísta y otros tantos, de insensata. Sin embargo, él me entendió. Sabía lo que yo apreciaba la vida y el ideal que tenía de la muerte y aunque el momento en que deje mi vida atrás, sus lagrimas no dejaran ver más allá, su corazón estaba con mi decisión.

Si yo me hubiese delatado, mis familiares no se habrían hecho aquellas fotos sin llorar, mis amigos no habrían dejado de lamentarse de mi en vez de reírse conmigo como hicieron... y él... él hubiese dedicado cada minuto en preocuparse por mi, en vez de disfrutar a mi lado.

Hoy hace un año desde que me marché y sigo aquí, al lado de cada uno de ellos. Los cuido y los amo en silencio. Tengo una visión privilegiada y puedo observar como marchan sus vidas sin que yo este presente en ellas. Ninguno de ellos me ha olvidado y muchas noches, escucho como me llaman mientras duermen. Ojala pudiera decirles que no han perdido una hermana, una hija, una novia o una amiga, si no que han ganado un ángel.

Nunca podré separarme de ellos y de hecho, aquí los espero, con los brazos cubiertos del amor que siento por ellos y que nunca dejaré de sentir.

Neo Coslado, nuevo seguidor del Blog, me ha comentado que esta canción le recuerda a este relato. ¿Qué opináis?