Lo prometido es deuda. Aquí os dejo el relato que escribí ayer tarde. No se como mi inspiración llego a tal punto. Espero que os guste. Acepto críticas.
¡¡Mil besos y Hasta Pronto!!
Sueño que algún día olvido aquel dolor. No quiero ir a dormir y y no quiero volver a despertar sudorosa por haber tenido pesadillas. Deseo salir a la calle y dejar de temblar cuando paseo. Ojalá pudiese volver a amar y la desconfianza no me venciera...
Todo ocurrió hace cuatro años... Tenía 16 años. Como cualquier chica de mi edad me encantaba vestir a la moda y salir de fiesta. Mis amigas formaban gran parte de mi vida y me revelaba contra mis padres. Los estudios no eran mi fuerte y aprobar era mi único objetivo. No me preocupaba nada, solo quería disfrutar de mi adolescencia.
Un día, mis amigas me convencieron para salir esa noche a una discoteca que estaba de moda. Eramos menores de edad y sabíamos que teníamos que fingir para poder entrar. Tuve que mentir a mis padres para que me dejaran salir. Esa misma semana había suspendido un examen de matemáticas, así que la excusa era perfecta. Les comente que me quedaba a dormir en casa de una amiga, que aprovecharíamos para estudiar y que volvería pronto a casa. Todo era perfecto y la excusa había colado. Ese sábado por la tarde preparé mi mochila del colegio. En vez de meter los libros como mis padres pensaban, metí la ropa que usaría aquella noche y mi neceser de maquillaje.
Fui a casa de Leticia, mi mejor amiga. Sus padres habían salido a cenar así que podíamos arreglarnos sin problemas. Yo me decidí por una minifalda vaquera y un top negro. Me puse mis botas de tacón y me hice un semirecogido en el pelo. Me maquille como nunca lo había hecho, tenía que pasar por una chica de 18 años. Cuando me mire al espejo, me sorprendí. Siempre me he considerado una chica físicamente normal pero esa noche me veía espectacular. Estaba tan nerviosa que no quise cenar, solo ansiaba por llegar a aquel local.
Cuando llegamos a la discoteca el chico de seguridad no nos puso ningún problema para entrar. Más rápido de lo pensado, allí estábamos las cuatro bailando como locas y disfrutando de aquel lugar. Qué razón tenían de que aquello era genial. La discoteca tenía tres salas y varias barras en cada una. La música era totalmente actual y la gente, mayor que nosotras, disfrutaban por grupos o parejas. Nunca antes había probado el alcohol pero pensé que aquella noche lo merecía. Me dirigí a la barra y me pedí un vodka con naranja. A media noche, ya llevaba tres copas y exceptuando algún que otro mareo, me sentía más animada que nunca. Bailaba como una loca cuando él se acercó. Era un chico algo mayor que yo, moreno, alto, fuerte y bastante guapo. Se me presento y yo como una cría, quede prendida de sus encantos. Tonteamos, bailamos y cuando menos lo esperé, nos besamos. Yo andaba flotando en una nube, todo era maravilloso, me lo estaba pasando mucho mejor de lo que imaginé. Mis amigas andaban cansadas y querían marcharse a casa. Yo por otro lado, quería quedarme con Ivan. Él me dijo que me quedase que luego me llevaría a casa en coche. Acepté aquella petición a pesar de las quejas de mis amigas, sobre todo de Leticia. Ninguna estaba de acuerdo con aquello, habíamos ido las cuatro y deberíamos volver juntas, me decían. Al final e insistiendo mucho, me quede con Ivan y por desgracia, la noche no había hecho más que empezar.
Cuando ya estábamos cansados de estar en aquella discoteca, nos dirigimos a su coche. No sé en que dirección conducía Ivan, tenia la vista nublada por culpa del alcohol y dejaba de ser consciente de la realidad. Cuando apagó el motor solo veía arboles y arbustos. No visualizaba una carretera cerca ni ningún edificio. Supuse que estaríamos en un descampado a las afueras de la ciudad. Me desabrocho el cinturón de seguridad y empezó a besarme bruscamente. Sus manos empezaron a recorrer mis pechos con fuerzas y notaba como me desgarraba el top. Yo le rogaba a Ivan que fuese con más calma que me estaba haciendo daño, pero él no atendía a mis suplicas. Cada vez era más agresivo con sus caricias. Escapé como pude de aquel coche, pero sus piernas corrían más rápidas que las mias. No tardo en alcanzarme y de un empujón me arrojo al suelo. No se de que parte procedía, pero sentía que estaba sangrando. Se desabrocho su pantalón y se arrojo encima mia. Note como me tocaba mis bragas con sus sucias manos y las apartaba de mi sexo. De repente, sentí un dolor desconocido dentro de mi y por más que gritaba nadie acudía a mi socorro. Acabe rindiendome a la situación y solo deseaba que aquello acabase y volver a los brazos de mis padres. No podía esconder las lagrimas que caían de mis mejillas. Cinco minutos más tarde, que para mi fueron una eternidad, Ivan se levantaba y se dirigió a su coche. Encendió el motor y me dejó allí tirada sin fuerzas para levantarme.
No recuerdo quien me encontró ni como llegue a aquel hospital. Solo espero recuperarme de aquella tragedia y salir adelante. Sé que gracias a mi familia y a mis amigas pronto aquella pesadilla será historia.
4 Corazones:
Astrariell, que decir sobre tu relato...
Me conmovió, en serio, a mi una vez, estuvo a punto de pasarme algo parecido, era una cria, y andaba con una amiga ya casi salia el sol, y bueno, no contare mas, solo que al final mi amiga consiguio sacarnos a las dos del lio...
Solo decirte que este relato es duro, pero actual, es un recordatorio para todas aquellas locuelas adolescentes, debeis teneer muchisimo cuidado, en serio, lo digo por experiencia.
Un besito eterno reina!!
Me encanto^^tqm!!
Por desgracia es algo que sucede con frecuencia y normalmente, por descuidos y ser demasiado confiadas. Hay k tener cuidado...
Y lo siento x la tematica dl relato... m djo guiar por la inspiracion...
me ha gustado!
me ha gustado mucho... si .. mucho. besis
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