Lo prometido es deuda. Es un poco más largo de lo habitual y diferente a todos los demás. Espero que os guste y disfrutéis leyéndolo.
Un beso y Hasta Pronto
Un Amor Diferente
Me enamoré por primera vez a los 17 años. Aquel verano mis padres me obligaron a viajar junto a ellos al pueblo de mis abuelos. Recuerdo que de niño me entusiasmaba la idea de ir allí. Solía tener más libertad que en la ciudad y me encantaba volver a reunirme con los demás críos del pueblo. Pero aquel verano hubiese preferido quedarme en la ciudad. Mis amigos tenían planes y detestaba que mis padres organizaran mi vida sin contar conmigo. De regañadientes tuve que marchar con ellos. Una vez allí ni avise a mis antiguos amigos de que iría. La primera semana la pase encerrado en mi habitación conectado a las redes sociales a través de mi blackbery. Cotilleaba los perfiles de mis amigos e envidiaba todos sus movimientos.
El lunes siguiente, mi abuela se acerco junto a mi cama con toda la dulzura que solo ella tiene para pedirme que la acompañase al mercado. Por muy enfadado que estuviese con el mundo, a ella nunca podría negarle nada. Siento adoración por mi abuela. Siempre me ha escuchado, nunca me ha reñido y siempre esta dispuesta a cumplir todos mis deseos. Acompañarla al mercado era lo mínimo que podía hacer por ella. Mientras nos dirigíamos al pequeño mercado, observaba aquel pueblo como nunca antes lo había visto. Era pequeño, si, pero era hermoso. Todas esas casitas de planta baja y esas aceras rocosas hacían de aquello algo especial. El sol alumbraba cada calle pero una suave brisa de viento hacia que el calor no fuese agobiante. El ambiente ola a aire fresco y la gente se saludaba de una manera cordial y familiar. Por primera vez ese verano, me sentía bien estando allí.
Mi abuela me había prometido comprar butifarras para comer. Sabia que me encantaban y de hecho, el primer puesto que visitamos fue la carnicería. Allí estaba Nacho. Él era uno de los críos que jugaban conmigo cada verano. Hacia años que no coincidía con él y estaba bastante cambiado. De pequeño era un niño regordete y tímido, pero ahora estaba muchísimo más delgado y por la manera de que tenía de atender, se le veía mucho más extrovertido. Cuando nos toco la vez, se me quedo mirando fijamente. No se explicar que sentí, solo sé que mi corazón latía con más fuerza que nunca. No pensé que me reconocería, pero lo hizo. Empezó a preguntar por mi vida mientras atendía las peticiones de mi abuela. Él me comento que ayudaba a su padre en verano y así disponía de libertad económica para sus gastos. Cuando nos íbamos, me invito a salir con sus amigos aquella noche y accedí. La verdad es que me había hecho mucha ilusión coincidir con él y cualquier plan era mejor que pasar la noche tirado en la cama sin hacer nada.
Aquella noche salimos al único pub que había en todo el pueblo. Eramos unos diez, pero yo solo me centré en Nacho. Teníamos una conexión especial y a su lado me divertía como nunca. Nos pasamos la noche poniéndonos al día, bailando, riendo y bebiendo. La noche acabó y se me hizo tan corta que le propuse a Nacho vernos al día siguiente.
Quedamos los dos solos a media tarde en una cafetería. Cuando lo vi aparecer algo en mi cambio. El corazón volvió a latir con la misma fuerza que el día que coincidimos en la carnicería. Su cuerpo me atraía y sus ojos me intimidaban. Las palabras no me salían y el silencio se apoderaba de nosotros. Nacho intentaba crear normalidad pero mis nervios traicionaban mis actos. Estaba inseguro, incomodo y confundido. Casi sin disculparme, huí de allí. Volví corriendo a casa y me encerré entre las paredes de mi habitación. Mi mente actuaba por sí sola y no dejaba de dar vueltas a todo lo ocurrido. Me sentía extraño y aturdido. ¿Qué me ocurría?, pensaba. Esa noche no cene. Todos en casa me preguntaron que me ocurría, si había tenido algún problema y yo no supe responder. ¿Cómo decir que me sentía atraído por un chico? Nadie me entendería o eso creía yo. Casi a media noche, la puerta sonó. Nacho había venido hasta mi casa a hablar conmigo. Me pregunto que me ocurría, por que me había ido así o si había hecho algo mal. Yo no podía explicarle todo lo que me estaba sucediendo y solo pude decirle que me encontraba mal y que necesitaba descansar.
Pasaron los días y yo no volví a quedar con él por mucho que insistiera. No había día que pasara sin recibir un sms suyo o alguna visita esporádica. Me invitaba mil excusas por tal de que no se diese cuenta de lo que sucedía. Una noche, mi abuela se acerco hasta mi habitación para preguntarme que me ocurria. No supe que decirle y ella me pregunto si estaba enamorado. ¿Enamorado? No sabía si estaba enamorado pero lo que tenía claro es que algo más que amistad sentía por Nacho. Estaba aterrado. Mi abuela supo que prefería no contestar y me abrazo. Llamadme iluso, pero sigo creyendo que ella sabía exactamente lo que me ocurría. Sin presionarme, me susurro unas palabras que jamas olvidaré: "nunca olvides quien eres y siéntete orgulloso de ello". Aquellas palabras me dieron la seguridad que me faltaba y nada más salir ella de la habitación le mande un sms a Nacho. Quede con él a la mañana siguiente, tenía que ser valiente y contarle todo lo que me estaba sucediendo. Nadie es culpable por sentir y si mi destino era amarlo a él tenía que afrontarlo.
Quedamos en un pequeño sendero donde jugamos de pequeños. Aquel lugar era maravilloso. Había un pequeño riachuelo y los arboles eran frondosos y grandes. Lo esperé sentado en una pequeña roca a la orilla del rió. Mientras miraba el agua seguir su cauce analizaba cada una de mis palabras y cada una de las posibles reacciones. No tardo en llegar y sin poder mirarlo a los ojos se lo solté. Le dije que nunca antes me había pasado algo similar, que no estaba seguro si era amor, pero que sentía una atracción innata hacia él. Que pensaba en él cada noche y que hasta aquel día no había tenido el valor suficiente para decírselo. Durante unos segundos Nacho guardo silencio. Yo temblaba y deseaba que la tierra tragará todas mis palabras. De repente, Nacho agarró de mi barbilla y me giro la cara. Sus ojos quedaron a la altura de los mios y me estremecí. Acerco suavemente sus labios hasta los mios y me dio el primer beso de muchos. Recuerdo que aquella mañana nadie impidió nuestro amor y supe que junto a él tenía toda la fuerza que necesitaba para afrontar lo que más tarde podría llegar.
Hoy, después de cuatro veranos, nuestro amor esta aún más consolidado. Hemos vencido juntos muchas discriminaciones por nuestra orientación sexual y hemos luchado por nuestra igualdad. Somos felices y nos amamos como cualquier pareja heterosexual. Sabemos que por mucho que nos digan y nos juzguen, nuestro amor es sincero. Nuestras familias están de nuestro lado y mientras que ellos nos entiendan, lo tenemos todo. Doy gracias a que mis padres me obligasen acompañarlos aquel verano, por que gracias a ello hoy sé quien soy y estoy orgulloso de ello.
Me enamoré por primera vez a los 17 años. Aquel verano mis padres me obligaron a viajar junto a ellos al pueblo de mis abuelos. Recuerdo que de niño me entusiasmaba la idea de ir allí. Solía tener más libertad que en la ciudad y me encantaba volver a reunirme con los demás críos del pueblo. Pero aquel verano hubiese preferido quedarme en la ciudad. Mis amigos tenían planes y detestaba que mis padres organizaran mi vida sin contar conmigo. De regañadientes tuve que marchar con ellos. Una vez allí ni avise a mis antiguos amigos de que iría. La primera semana la pase encerrado en mi habitación conectado a las redes sociales a través de mi blackbery. Cotilleaba los perfiles de mis amigos e envidiaba todos sus movimientos.
El lunes siguiente, mi abuela se acerco junto a mi cama con toda la dulzura que solo ella tiene para pedirme que la acompañase al mercado. Por muy enfadado que estuviese con el mundo, a ella nunca podría negarle nada. Siento adoración por mi abuela. Siempre me ha escuchado, nunca me ha reñido y siempre esta dispuesta a cumplir todos mis deseos. Acompañarla al mercado era lo mínimo que podía hacer por ella. Mientras nos dirigíamos al pequeño mercado, observaba aquel pueblo como nunca antes lo había visto. Era pequeño, si, pero era hermoso. Todas esas casitas de planta baja y esas aceras rocosas hacían de aquello algo especial. El sol alumbraba cada calle pero una suave brisa de viento hacia que el calor no fuese agobiante. El ambiente ola a aire fresco y la gente se saludaba de una manera cordial y familiar. Por primera vez ese verano, me sentía bien estando allí.
Mi abuela me había prometido comprar butifarras para comer. Sabia que me encantaban y de hecho, el primer puesto que visitamos fue la carnicería. Allí estaba Nacho. Él era uno de los críos que jugaban conmigo cada verano. Hacia años que no coincidía con él y estaba bastante cambiado. De pequeño era un niño regordete y tímido, pero ahora estaba muchísimo más delgado y por la manera de que tenía de atender, se le veía mucho más extrovertido. Cuando nos toco la vez, se me quedo mirando fijamente. No se explicar que sentí, solo sé que mi corazón latía con más fuerza que nunca. No pensé que me reconocería, pero lo hizo. Empezó a preguntar por mi vida mientras atendía las peticiones de mi abuela. Él me comento que ayudaba a su padre en verano y así disponía de libertad económica para sus gastos. Cuando nos íbamos, me invito a salir con sus amigos aquella noche y accedí. La verdad es que me había hecho mucha ilusión coincidir con él y cualquier plan era mejor que pasar la noche tirado en la cama sin hacer nada.
Aquella noche salimos al único pub que había en todo el pueblo. Eramos unos diez, pero yo solo me centré en Nacho. Teníamos una conexión especial y a su lado me divertía como nunca. Nos pasamos la noche poniéndonos al día, bailando, riendo y bebiendo. La noche acabó y se me hizo tan corta que le propuse a Nacho vernos al día siguiente.
Quedamos los dos solos a media tarde en una cafetería. Cuando lo vi aparecer algo en mi cambio. El corazón volvió a latir con la misma fuerza que el día que coincidimos en la carnicería. Su cuerpo me atraía y sus ojos me intimidaban. Las palabras no me salían y el silencio se apoderaba de nosotros. Nacho intentaba crear normalidad pero mis nervios traicionaban mis actos. Estaba inseguro, incomodo y confundido. Casi sin disculparme, huí de allí. Volví corriendo a casa y me encerré entre las paredes de mi habitación. Mi mente actuaba por sí sola y no dejaba de dar vueltas a todo lo ocurrido. Me sentía extraño y aturdido. ¿Qué me ocurría?, pensaba. Esa noche no cene. Todos en casa me preguntaron que me ocurría, si había tenido algún problema y yo no supe responder. ¿Cómo decir que me sentía atraído por un chico? Nadie me entendería o eso creía yo. Casi a media noche, la puerta sonó. Nacho había venido hasta mi casa a hablar conmigo. Me pregunto que me ocurría, por que me había ido así o si había hecho algo mal. Yo no podía explicarle todo lo que me estaba sucediendo y solo pude decirle que me encontraba mal y que necesitaba descansar.
Pasaron los días y yo no volví a quedar con él por mucho que insistiera. No había día que pasara sin recibir un sms suyo o alguna visita esporádica. Me invitaba mil excusas por tal de que no se diese cuenta de lo que sucedía. Una noche, mi abuela se acerco hasta mi habitación para preguntarme que me ocurria. No supe que decirle y ella me pregunto si estaba enamorado. ¿Enamorado? No sabía si estaba enamorado pero lo que tenía claro es que algo más que amistad sentía por Nacho. Estaba aterrado. Mi abuela supo que prefería no contestar y me abrazo. Llamadme iluso, pero sigo creyendo que ella sabía exactamente lo que me ocurría. Sin presionarme, me susurro unas palabras que jamas olvidaré: "nunca olvides quien eres y siéntete orgulloso de ello". Aquellas palabras me dieron la seguridad que me faltaba y nada más salir ella de la habitación le mande un sms a Nacho. Quede con él a la mañana siguiente, tenía que ser valiente y contarle todo lo que me estaba sucediendo. Nadie es culpable por sentir y si mi destino era amarlo a él tenía que afrontarlo.
Quedamos en un pequeño sendero donde jugamos de pequeños. Aquel lugar era maravilloso. Había un pequeño riachuelo y los arboles eran frondosos y grandes. Lo esperé sentado en una pequeña roca a la orilla del rió. Mientras miraba el agua seguir su cauce analizaba cada una de mis palabras y cada una de las posibles reacciones. No tardo en llegar y sin poder mirarlo a los ojos se lo solté. Le dije que nunca antes me había pasado algo similar, que no estaba seguro si era amor, pero que sentía una atracción innata hacia él. Que pensaba en él cada noche y que hasta aquel día no había tenido el valor suficiente para decírselo. Durante unos segundos Nacho guardo silencio. Yo temblaba y deseaba que la tierra tragará todas mis palabras. De repente, Nacho agarró de mi barbilla y me giro la cara. Sus ojos quedaron a la altura de los mios y me estremecí. Acerco suavemente sus labios hasta los mios y me dio el primer beso de muchos. Recuerdo que aquella mañana nadie impidió nuestro amor y supe que junto a él tenía toda la fuerza que necesitaba para afrontar lo que más tarde podría llegar.
Hoy, después de cuatro veranos, nuestro amor esta aún más consolidado. Hemos vencido juntos muchas discriminaciones por nuestra orientación sexual y hemos luchado por nuestra igualdad. Somos felices y nos amamos como cualquier pareja heterosexual. Sabemos que por mucho que nos digan y nos juzguen, nuestro amor es sincero. Nuestras familias están de nuestro lado y mientras que ellos nos entiendan, lo tenemos todo. Doy gracias a que mis padres me obligasen acompañarlos aquel verano, por que gracias a ello hoy sé quien soy y estoy orgulloso de ello.
10 Corazones:
está chulo, desde luego no es la típica historia de amor de verano!
Esta muy bien, aunque estoy convencida de que lo puedes hacer aun mejor. Besos¡¡
No está mal. Me han encantado las descripciones del pueblo, de los sentimientos... Cuídate! Un beso!
Queriaa ke fuese un poco diferente y abrir campos y sentimientos. Aun asi se m notan muxas paradas innecesariass, mi hermana me entretenia jajaja. Un beso
Un relato diferente pero muy bonito. El amor, me imagino, que debe ser igual cuando te enamoras de un hombre o de una mujer.!Me ha gustado mucho!
Qué preciosidad :)
Me ha encantado la frase "nunca olvides quien eres y siéntete orgulloso de ello". ¡Dí que sí!
Un besazo!!
PD. Ya de paso, te informo de que tenemos un concurso en activo en el blog 'Mundos nuevos por descubrir' (:!
Mi cieloooo!!!
Que tal amiga??Yo aqui paseandome entre tu precioso blog^^
Me ha gustado la historia, es diferente a to lo demas, y7 ademas me gusta como acaba^^, con la lucha de igualdad sexual, y que sus familias le apoyen^^
Aunque se que como bien dice trasnochadora, puedes hacerlo mejor^^.
Un besito mi niña, hablamos ahora mismito^^
Mira k sois ehhh las dosss!!! Tu y trasnochadora!!!!!! Siempre ai kn la puntita jajajajja. Os kieroooooooo!!
Está muy chula la historia guapa! El amor por encima de todo! Si es que ya lo decimos all you need is love *o*
Me gusta porque no se hace pesado de leer y aunque digas que es mas largo de lo normal a mi se me ha hecho cortito >.<
Estoy esperando tu libro eh wapa!!!??? Seguro que me sorprendes y para bien!!! A mi todavía no se me ocurre nada para escribir :'(
Un besazo neniiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii
Me alegra k t guste Wendyy!! Al final se hace corta xk tuve k resumir mxo pa k no fuese mas largo d lo habitual pa un relato.
Tu seras la primera en reseñar mi libro ya lo sabes!! Un beso wapi
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