SUEÑOS POR CUMPLIR
-Aquí tienen todo señores, que disfruten el viaje.
-Ya lo tenemos Iker, ¡por fin..!- susurraba Olivia a su pareja, mientras agarraba a Natalia, la hija de ambos, que no paraba de correr por la agencia de viajes.
Era un sueño de mucho tiempo atrás. Viajar a Disneyland Paris. Toda una utopía para una pareja que no tenían el apoyo de su familia al no aceptar que Olivia se quedara embarazada con tan solo 18 años.
Se fueron con una mano delante y otra detrás, y entre esas manos muchos sueños, entre ellos el de ir algún día a Disneylandia. Tras mucho tiempo, lograron llenar una hucha hasta arriba de euros, sufrimiento, y mucha ilusión y la llevaron a la agencia de viajes más cercana que tenían.
-Oli, llámame cuando lo oigas. Voy un momento al médico, que no me encuentro bien- Al escucharlo, Olivia llamó rápidamente a Iker. -¿Qué te pasa?-preguntó Olivia-.
-Nada, estaba un poco mareado y he venido a que me hagan un chequeo. Me han repetido los análisis un par de veces y me han hecho unas radiografías.
-¡Vaya casualidad!- exclamó Olivia -justo ahora que en una semana nos vamos de viaje.
-No pasa nada tranquila, que esto no es nada. Te prometo que irnos nos vamos a ir, ¡tu tranquila!
-Voy para allá para estar contigo.
-Hola; ¿Iker López, por favor?, vino por urgencias hace un rato, estará en la sala de espera de urgencias, ¿puedo pasar con él?
-Sí, un momento.- contestó la enfermera.
-Perdone señorita, ahora mismo en urgencias no hay nadie con ese nombre, ¿está segura de que ha venido a este hospital?
-Sí, claro, acabo de hablar con él.- dijo Olivia con la voz temblorosa.
-Vale, ya lo tengo, disculpe. Iker López acaba de ser ingresado de urgencia, pase a esa sala donde los médicos le informarán.
-No puede ser doctor, pero es imposible, si ayer estaba bien.- lloraba desconsolada Olivia.
-Tranquila, la situación es grave, no vamos a engañarla, pero tenemos a los mejores especialistas, y estoy seguro de que todo saldrá bien.
-Iker López, pase por favor- dijo el médico dando unas palmadas en la espalda a Iker y Olivia.
-Lo siento, no podemos hacer más. Lo hemos intentado todo en estos cinco meses, pero no podemos hacer más.
-¡Algo habrá que se pueda hacer!-exclamó Olivia, que no aceptaba que se pudiera ir para siempre.
-Lo siento, no podemos hacer sufrir más a su pareja, todos los esfuerzos serán en balde.
Iker estaba ya muy débil. Atrás quedaban muchos sueños por cumplir, como el de esos viajes rotos por una enfermedad incurable.
Olivia solo vivía para trabajar y cuidar de Iker y Natalia, que mientras Olivia trabajaba, se quedaba cuidando de su padre.
-Mamá, papá me ha dado esto para ti.-dijo Natalia mostrándole una carta a su madre
-¿Pero y para qué te da esto? ¿Dónde está papá?-preguntó sin casi dejar terminar a Natalia.
-Me ha dicho que se iba a asear, pero yo no oigo el agua ni nada.-Olivia tiró la carta y fue corriendo al baño temiéndose lo peor. Allí yacía el cuerpo de Iker, frio y aún con lágrimas recorriéndole las mejillas……
Para Olivia:
Hola cariño. No me quedan más fuerzas, lo siento. Cuando leas esto, mi corazón ya no estará latiendo, pero seguiré estando a tu lado siempre. Quiero que seas muy feliz, porque yo estaré viéndote, y hagas feliz a Natalia, que lleva un pedacito de mi.
Te pido que no me olvides nunca. Ésta carta lleva mi perfume, y mientras me recuerdes, seguro que el olor en ella será eterno, como mi amor por ti.
Antes de que pasara todo esto te prometí una cosa, y tras muchos esfuerzos lo conseguí. Busca en el cajón de la mesilla.
No te olvidaré.
Iker.
Olivia lloró desconsolada medio sentada en el suelo. Cuando pudo reponerse miró en el cajón y allí encontró un sobre con una reserva pagada para ella y Natalia para ir a Disneyland.
En ese sobre puso Iker de su puño y letra: Que todos tus sueños se hagan realidad. Os quiero.
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