Hoy Me Siento Extraña

¡¡Hola Chic@s!!

¿Qué tal estáis? ¿Cómo lleváis el domingo? Hoy os dejo una reflexión. Antes de que la leáis, deciros que soy consciente de que se me ha ido un poco la olla mientras lo escribía. Quizás no sea del todo entendible, pero espero que os hagáis a la idea.

¡¡Un Beso y Hasta Pronto!!

Hoy Me Siento Extraña

A veces me siento extraña. Mi familia, mis amigos y mis conocidos me dicen una y mil veces que soy distinta al resto. ¿Por qué? Yo no me veo tan diferente a los demás, solo hago las cosas sencillas y no me complico…

¿Qué alguien se enamora de mí y no le correspondo? Intento hacerle ver a esa persona que aunque entre nosotros no puede haber nada más podemos seguir siendo amigos como siempre. No me gusta perder a personas que están cerca de mí. Y aunque en un principio puede llegar a resultar incomodo y difícil, luego todo se calma y el cariño sigue estando ahí. ¿Hasta cuando? Hasta que el destino quiera.

¿Qué me enamoro y no soy correspondida? Valoro lo que esa persona esta dispuesta a darme y me resigno a amar y no a querer. Intento mantener esa persona cerca, porque antes o temprano, el amor se irá pero habré ganado un amigo.

¿Qué tengo un amig@? Sé que esa palabra significa mucho y no entrego mi amistad a cualquiera, pero cuando la entrego, la entrego sin condiciones. Siempre estoy ahí, siempre le doy lo mejor de mí y aunque a veces resulte cansina, intento ser la amiga perfecta.

¿Qué tengo pareja? Amo, amo sin límites. Me entrego sin miedo y dejo cada parte de mí porque todo salga perfecto. No tengo miedo a tirarme a la piscina aunque luego este vacía y me pegue un gran batacazo.

¿Qué ocurre? Que soy tan entregada, tan clara y tan honesta con mis sentimientos que luego sufro. Sufro como nadie. Cualquier ofensa, cualquier desprecio o cualquier engaño, me duele y me hunde. Soy sensible y como tal, me resulta difícil pasar página cuando me siento dolida.

Quizás, como dicen los que me rodean, vivo en un mundo paralelo, no veo maldades, ni prejuzgo. Creo que todos actúan como yo y que no se malinterpreta los sentimientos. Quizás, como me dicen las personas que me quieren, debería ser más reservada y no exponerme a todo el mundo que tiene un gesto bonito conmigo. Quizás debería ser yo quien mirara mal y me cerrara a conocer. Pero no puedo hacerlo, yo no soy así. A mi me guía mis sentimientos, soy impulsiva y pasional. Mi razón no es otra que lo que mi corazón dice.

Pero no todo el mundo es como yo, y cada vez soy más consciente de ello. ¿Por qué somos así? ¿Por qué se malinterpreta, se miente o se juega? No lo entiendo. La vida seria más sencilla si todos fuéramos con la verdad por delante y no tuviéramos miedo de llamar a las cosas por su nombre.

¿Por qué nos aprovechamos de alguien que nos da lo mejor de él? ¿Por qué no mejor le damos lo mejor de nosotros? ¿Por qué no somos justos? Yo cuando alguien me da algo bueno intento multiplicárselo y pagárselo cien mil veces. Soy muy agradecida y me gusta valorar cada gesto que se tiene conmigo.

¿Por qué tenemos miedo de decirle a un amigo que le queremos? ¿Por qué lo malinterprete? Pero si es así, cuando una persona te importa es porque lo quieres y no hay más. ¿Por qué intentamos ver el lado oscuro? ¿Por qué nos complicamos?

¿Por qué nos resignamos según a que amistades cuando tenemos pareja? ¿Acaso tu pareja no debe respetar tu vida? ¿Qué más da si tus amigas son unas locas o tienes varios amigos del sexo contrario? ¿Qué hay de malo? ¿Acaso la vida esta para ir perdiendo amigos?

Si vas con tu pareja y un chico te resulta atractivo… ¿Por qué no decirlo? ¿Acaso tú pareja no tiene ojos y no sabe apreciar si una chica es guapa o no? ¿A qué se tiene miedo? ¿O son celos? Ni una ni la otra, es inseguridad.

No sé, se me ocurren millones de ejemplo que solo me llevan a una conclusión. Si vamos con la verdad por delante, si no intentáramos colorear las situaciones y actuáramos según nos dicte nuestro corazón, la vida seria mucho más sencilla y seriamos más felices. Si viéramos las cosas tal cual son, no habría miedos, ni desconfianza y sobre todo, no habría dolor. Nadie juzgaría y no tendríamos miedo a ser juzgados. Nadie mentiría y no tendríamos miedo a ser engañados. Pero sobre todo, amaríamos y no tendríamos reparo en reconocerlo con la boca bien abierta.

¿No creéis?