Creyendo De Nuevo - 2ª Parte (Desenlace)

¡¡Hola Chic@s!!

¿Qué tal lleváis la semana? ¡Espero que bien! Hoy os dejo el desenlace de la historia que comencé ayer. Espero que lo disfrutéis.

¡Mil Besos y Hasta Pronto!

Creyendo De Nuevo - 2ª Parte (Desenlace)

Una vez allí saca todo lo que esta a su alcance. Prepara un pequeño tapeo con un poco de queso y una bolsa olvidada de patatas fritas. Abre unas latas de conservas y una bolsa de rosquillas. Saca dos de sus mejores vasos y en poco más de unos minutos, tiene listo un buen picoteo para ambos. El joven que la ha estado observando todo desde la distancia, sonríe. Aquella chica que le ha atendido en pijama, le gusta. Al principio le pareció nerviosa y asustada. Además se atrevería a decir que estaba apagada y sin brillo, pero a medida que pasa los minutos la ve mas desenvuelta y sonríe. Es bastante atractiva a pesar de ir en pijama. Es morena, bajita y con un buen tipo. Además ha observado que se le forman dos hoyuelos en sus mejillas cuando sonríe y eso le agrada.

- ¡Vaya! Si lo llego a saber aviso en casa de que no iba a cenar. ¡Esto es demasiado! –bromea el joven.

- ¿Estas casado? –pregunta decidida al haber nombrado su casa.

- ¿Perdona? Jajá.

- Lo siento, no quería incomodarte. Era… simple curiosidad –se disculpa.

- No para nada, no me ha molestado. Solo me he sorprendido. Y no, no estoy casado, vivo con mis padres. Además, tampoco tengo pareja, por si te interesa saberlo –confiesa mientras sonríe.

- Lo siento nuevamente –se ruboriza.

- ¿Y tú? ¿Estas casada? ¿Tienes pareja?

- ¿Yo? Hace mucho que deje de creer en el amor, así que no. Ahora mismo estoy soltera y sin ilusiones –se acuerda de su relación con su ex.

- ¿Sin ilusiones? No me lo creo –añade mientras picotea-. Es imposible que una chica joven haya roto tan pronto con todas las ilusiones de volver a creer y amar.

- Eso no lo dirías si te hubiesen roto el corazón de la forma que me lo rompieron a mí.

- No sé que te habrán hecho, lo desconozco y no pienso entrometerme si no quieres. Pero a mi también me lo han roto y varias veces, pero no por ello pierdo la esperanza. Sé que en algún lugar estará la persona que me ame incondicionalmente durante el resto de mi vida y a la que yo hare feliz con toda mi alma. Así que no desespero y me doy tiempo. He sufrido, he llorado pero también he sido muy feliz amando. Y quizás sea un egoísta o un iluso, pero no pienso cerrarme a la oportunidad de volver a sentir lo bueno del amor.

Aquellas palabras hacen que la joven se emocione. Esas mismas se la han dicho miles de veces sus amigos y conocidos, pero que aquel chico al que acaba de desconocer se haya abierto de esa manera y lo haya compartido con ella le sorprende y le gusta. No solo parece un chico formal, si no que es sensible y emocional. Este joven parece tenerlo todo, piensa. ¿Cuál será su defecto? Se pregunta.

La pequeña merienda continua. Sonia intenta sincerarse con él y le comenta su ultima relación frustrada, además de confesarle los malos momentos que vive actualmente. Él también cuenta parte de sus vivencias. Parecen dos grandes amigos que se conocen desde hace años. Entre ellos hay una gran complicidad.

Cuando se quieren dar cuenta ha pasado más de una hora. El joven no ha vuelto a su trabajo y se ha relajado de tal forma que el tiempo se ha parado para él, pero no le importa. Esta bien allí, junto a Sonia. Por un momento hasta siente ganas de abrazarla y besarla, pero no fuerza nada. Estar junto a ella, escuchándola y conociéndola es suficiente por ahora.

- Sonia –dice mientras mira el reloj- tengo que irme. Aun tengo que pasarme por la empresa y fichar la salida.

- ¿Ya? Si ni siquiera has terminado de arreglar la avería.

- Lo se, pero no importa. Diré que se me complico y así mañana puedo volver.

- ¿Y qué dirán los vecinos? No quiero que por mi culpa se te echen encima.

- No importa, no te preocupes. Si quieren que esto este listo deberán esperar a mañana, hoy ya es tarde –dice confiado.

- Como quieras… -añade con tristeza.

- ¿Por qué ese tono de voz? –pregunta curioso.

- No se. Quizás te parezca una tontería, pero este rato contigo ha sido lo mejor que me ha pasado en mucho tiempo. He estado muy a gusto.

- Y yo, créeme –confiesa-. Piensa en el lado bueno, mañana volveré.

- Vale, aquí estaré.

- Eso espero jajá, el problema esta en tu baño –bromea-. Retrasarme ya dos días seria preocupante.

- Jajá, no te preocupes. Estaré aquí y no te robare toda la tarde. Te dejare trabajar.

- Bueno, pero si termino pronto, prométeme que me dedicaras parte de tu tiempo.

- Jajá, prometido.

Los chicos se despiden y Moisés sale del piso. Una vez lo ve marchar tras la merilla, Sonia se deja caer en la puerta. A pesar del enfado con el que llego de trabajar, ha pasado una tarde estupenda con el joven. Es un chico que le gusta y le atrae. Además ha sido muy atento y considerado con ella. Mañana volverá a verlo y pensar en ello le hace sonreír. Sin quererlo y sin proponérselo, se ha ilusionado y siente que algo dentro de ella se mueve. No sabe que ocurrirá, o si surgirá algo entre ambos, pero pensar en ello le gusta. Se siente viva y con ganas de mirar hacia delante. Quizás sea una ilusa, quizás sea ahora ella la egoísta, pero aquel chico le ha devuelto la sonrisa y le ha hecho creer de nuevo. Quizás ayer lo hubiera dejado ir, pero hoy no. Si la vida le ha dado una nueva oportunidad no será ella quien cierre la puerta. ¿Y si es él quien la salve del pozo donde se esta ahogando? Piensa y cierra los ojos. Hacia mucho que no soñaba despierta…

FIN