miércoles, 27 de abril de 2011

Ojos verdes - Autora: Loky

Descubrí unos ojos verdes como la yerba mirándome desde la lejanía. Juraría que me estaban siguiendo. Las rosas del parque pedían mi atención, pero yo no las miraba, le miraba a él. El sol se estaba poniendo y los tonos que el cielo había adquirido se asemejaban más a un cuadro que a la realidad. Tendría que darme prisa si quería llegar a tiempo. Me dirigía a la casa de Ana, pero alguien con esos ojos tan hermosos merecía un momento de atención, aunque algo me decía que no iba a ser la última vez que vería aquella mirada. Apreté el paso, pero no iba a casa de Ana, sino hacia él. El lugar donde se encontraba esta entre las sombras, ese detalle me hizo dudar, pero esa vocecita que te habla en momentos clave me animaba a llegar junto al poseedor de tales verdes ojos. Su mirada seguía puesta en mí.

-Buenas tardes ¿O debería decir noches?- pregunto una voz tan hermosa y atrayente como los ojos del hablante.

En su voz había desafío.

-Tengo prisa-me limité a decir. Quise darme la vuelta, pero un férreo agarre me retenía en el sitio. Sonó mi móvil. Era Ana. Miré hacia arriba para reencontrarme con la mirada de aquel joven, pero ya no estaba. Confusa y aturdida llegué a casa de mi amiga. Cenamos tranquilamente, pescado frito. Después nos tiramos en el sofá pero sonó el timbre. ¿Quién sería? Allí estaba el chico de la oscuridad, el portador de la voz y los ojos más hermosos.

-¡Hola!-canturreó Ana desde la puerta- pasa James pasa.

James, le pegaba. Mi subconsciente no se había equivocado cuando predijo otro encuentro con el muchacho. Un escalofrío recorrió mi espalda.

-Eh,¿cómo va la cosa?-James habló como si nos conociéramos de toda la vida.

¿Ya os conocíais?-inquirió Ana

James hizo un gesto con la mano, ignorando la pregunta de la joven. Estuvimos hablando gran parte de la noche, para concretar más hasta que llegó el novio de Ana, Mario y nos fuimos a la calle. Por lo visto James era amigo de Mario y lo habían invitado para estar conmigo. Aburrida de los líos en los que me metía mi amiga intenté escaparme, pero había algo en aquella mirada que me decía lo contrario. De nuevo mi subconsciente<> La idea me asustaba. Pero tampoco se equivocó esta vez. Unos días más tardes llegaron los piropos y a los dos meses los besos y las caricias. James, el chico de los ojos verdes que una tarde me miró desde las sombras de una calle cercana al parque, en la que el cielo poseía tonos imposibles, y las rosas pedían mi atención, el mismo chico que me desafió a esconderme junto a él entre las sombras sin conocerlo y apareció en la casa de mi mejor amiga con la escusa de acompañarme, es ahora el pilar que sostiene mi mundo.

2 Corazones:

Anónimo dijo...

Gracias por hacerlo posible. Besitos.

Astarielle dijo...

Gracias a ti por participar!!!

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