Wendy es escritora del Blog de Wendy. Espero que os guste y os transmite todo lo que ella quiere transmitir.
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Quizás hace demasiado tiempo de aquello y mi memoria ya no es lo que era para recordar todo lo que sucedió. Lo que nunca se me olvidará y creo yo que me durará para siempre, es la sensación de que mis sentimientos crearon unas raíces muy profundas en mi corazón, que el paso del tiempo ha arrancado de raíz. Hoy en día puedo decir que ya no siento nada de lo que sentía antes y que me reprocho a mi misma el dejar que aquella situación me afectase tanto.
Tenía unos catorce años cuando me enamore de verdad por primera vez. Ahora que lo pienso sucedió de la manera más tonta. Yo era feliz antes de enterarme que quizás lo que sentía por él era amor. Me da vergüenza admitir, que me fijé en el porque una amiga me dijo que yo le gustaba. Era mentira. Una vez me dijeron que a veces los niños son muy crueles. Hasta mucho después no he llegado a comprender la razón que tuvieron al decirme eso. Yo lógicamente caí. Me enamoré y quedé coladísima por el. Cuando él simplemente me veía como una más, ni siquiera me tenía en cuenta como una posible novia, no le servía ni como segundo plato.
Ha llovido mucho desde aquello, pero se lo mucho que llegué a sufrir. Estaba hecha una cría. Toda mi vida ocurría alrededor de él y del aire que respiraba. Si él decía que una cosa era blanca ya podía ser negra que para mi era blanca porque era él quien lo decía. No tardó mucho en darse cuenta que yo sentía por el algo más que una simple amistad. Y pasó de ser un buen amigo a ignorarme. Yo veía como le gustaban mis amigas una por una. Hasta llegué a discutirme con mi mejor amiga porque él iba detrás suyo y yo sentía unos estúpidos celos.
Sigo sin entender cómo llegué a obsesionarme de tal manera con una persona como él. Quería saber todo lo que hacía en cada momento, si una chica le hablaba yo tenía que saber de que, si se abrazaba con otra, esa chica para mí se convertía en alguien a quien odiar. Empecé a fumar. Empecé a beber. Creía que así olvidaría todo lo relacionado con él. Pero era mucho peor. Me enrollaba con otros tíos para no recordarle y de paso, si podía, intentar que sintiera celos. Pero la única que sufría las consecuencias era yo. Si cerraba los ojos sólo le veía a él. Suspendía todo, iba todo el día fumada, de fiesta, bebiendo hasta que el cuerpo aguante. Casi me dio un coma etílico. Ha sido la peor época de mi vida.
Y todo esto… ¿Para qué me ha servido? He perdido neuronas, eso lo tengo claro, muchas veces me siento tonta. Tantos porros no son nada bueno. No tolero el alcohol, no puedo ni olerlo, siento náuseas. Tampoco se que ha sido de ese chico del que estaba obsesionada. Yo repetí curso y me fui del instituto. Odiaba ese lugar. El continuó hasta que un día se fue y no he vuelto a saber de él. Además ya no tengo los mismos amigos de antes. Me recuerdan a aquello que pasó y que quiero olvidar. Mi vida no ha vuelto a ser la misma desde que él entró en ella para cambiarla por completo.
Por lo menos me reconforta el saber que lo he superado. Que tengo la lección bien aprendida. Quizás nunca vuelva a sentir lo mismo por nadie. ¿O quizás lo estoy viviendo ahora mismo?
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