-¡Hola, Sam! -dijo una voz un tanto familiar al otro lado del teléfono.
-¿Hola?
-¿No te acuerdas de mí? Solo han pasado dos años...
-¿Clara? ¿Eres tú Clara? -dije cortándola
-¡Síííí! Es que, estoy en Madrid y he pensado que podíamos vernos... creo que debemos aclarar
algunas cosas.
-Eh.. sí claro, por supuesto.-Dije mientras me pellizcaba una mejilla pensando que era un sueño.
-¡Perfecto! ¿Quedamos entonces en el mismo sitio de siempre? ¿Te acuerdas?
-Está bien. Quedamos a las ocho.
-Hasta luego, Sam.
-Adiós, Clara.
A las ocho de la tarde en un banco situado en el centro de Madrid...
Sabía que no iba a aparecer. Se marchó hace dos años a Nueva York y, ni tan siquiera me ha escrito.
Llevo intentando hablar con ella estos dos años y me ha resultado imposible. ¿Por qué me habré
echo ilusiones de nuevo? Antes de que se marchara, todo era perfecto. Ella era la persona con la que
soñaba, con la que pensaba compartir mi vida. ¿Y ahora? Ahora ella ha vuelto después de dos años.
¿Cómo estará? Seguro que guapa. Aún recuerdo su melena rubia y sus ojos azules. Esos ojos que
me miraban con tanto amor. Prometió escribirme y, no he recibido ninguna carta suya. La quería. La
quiero. ¿Para qué seguir engañándome? No he dejado ni un día de pensar en ella.
-¿Adivinas quién soy? -Dijo una voz a mi espalda mientras me tapaba los ojos. Como un relámpago
, una sonrisa curvó mis labios.
-Uhmmm.. no tengo ni idea -Dije mientras me daba la vuelta.- Clara...-Sus ojos me miraban de la
misma manera que recordaba. No ha cambiado, me dije. Sigue siendo Clara. Mi Clara.
-Sam...-Me agarró del cuello y me atrajo hacia sí. Un beso largo y suave. Un beso que llevaba
esperando mucho tiempo. No quise que acabara pero como si supiera mis pensamientos, se separó.
-Clara, eres tú.- No me lo podía creer. ¿De verdad era un sueño? ¿De verdad la tenía delante?
-Ajá. -Dijo mientras daba una vuelta sobre sí misma.- Y veo que tú sigues siendo Sam.
-Ajá. -Dije mientras le cogía un brazo y hacía que diera otra vuelta.
-Te he echado de menos. -Me cogió de las manos.
-Y yo a ti.-De repente, algo en mí estalló.- Llevo recordándote desde el día que te fuiste, Clara.
Miraba el buzón, el móvil y el teléfono fijo las veinticuatro horas del día.- Le solté las manos.-
¿Sabes cuánto tiempo llevo esperando noticias tuyas? -Cuando fijé la mirada en sus ojos, vi que se
llenaban de lágrimas.
-Sam.. yo...
-¡¿Sam yo qué, eh Clara?!-Dije cortándola.
-Yo... te escribí. Te escribí una carta cada domingo. Te llamé mil veces al teléfono fijo ya que, tu
móvil me salía apagado. ¿Crees que no cumpliría mi palabra, Sam? ¿Creer que yo no he esperado
noticias tuyas todos los días? Deseaba hablar contigo, Sam. Oír tu voz, recordar un beso tuyo...
-Clara...-Y, como si no hubiera sucedido nada con anterioridad, la besé. Un beso más largo del
anterior. Un beso tan deseoso como desesperado. Pero, de nuevo se paró. Clara se despegó de mí.
-Sam, ¿tú me escribiste?
-Clara, ¿cómo me puedes preguntar eso? Te escribí y te llamé. Pero, no recibí respuesta.
-Y si ambos nos escribimos, ¿dónde están las cartas? -Dijo mirándome fijamente.
-¿Sabes, Clara? No me importa. Dejemos atrás el pasado. Centrémonos en el presente y en el futuro.
-En nuestro futuro...
-Exacto. ¿Sam, podemos ir a tu casa? -Dijo con una sonrisa traviesa.
-¿De verdad hace falta preguntar?
Esa misma noche, en una habitación...
-Sam, ¿te puedo pedir un favor?
-¿Hola?
-¿No te acuerdas de mí? Solo han pasado dos años...
-¿Clara? ¿Eres tú Clara? -dije cortándola
-¡Síííí! Es que, estoy en Madrid y he pensado que podíamos vernos... creo que debemos aclarar
algunas cosas.
-Eh.. sí claro, por supuesto.-Dije mientras me pellizcaba una mejilla pensando que era un sueño.
-¡Perfecto! ¿Quedamos entonces en el mismo sitio de siempre? ¿Te acuerdas?
-Está bien. Quedamos a las ocho.
-Hasta luego, Sam.
-Adiós, Clara.
A las ocho de la tarde en un banco situado en el centro de Madrid...
Sabía que no iba a aparecer. Se marchó hace dos años a Nueva York y, ni tan siquiera me ha escrito.
Llevo intentando hablar con ella estos dos años y me ha resultado imposible. ¿Por qué me habré
echo ilusiones de nuevo? Antes de que se marchara, todo era perfecto. Ella era la persona con la que
soñaba, con la que pensaba compartir mi vida. ¿Y ahora? Ahora ella ha vuelto después de dos años.
¿Cómo estará? Seguro que guapa. Aún recuerdo su melena rubia y sus ojos azules. Esos ojos que
me miraban con tanto amor. Prometió escribirme y, no he recibido ninguna carta suya. La quería. La
quiero. ¿Para qué seguir engañándome? No he dejado ni un día de pensar en ella.
-¿Adivinas quién soy? -Dijo una voz a mi espalda mientras me tapaba los ojos. Como un relámpago
, una sonrisa curvó mis labios.
-Uhmmm.. no tengo ni idea -Dije mientras me daba la vuelta.- Clara...-Sus ojos me miraban de la
misma manera que recordaba. No ha cambiado, me dije. Sigue siendo Clara. Mi Clara.
-Sam...-Me agarró del cuello y me atrajo hacia sí. Un beso largo y suave. Un beso que llevaba
esperando mucho tiempo. No quise que acabara pero como si supiera mis pensamientos, se separó.
-Clara, eres tú.- No me lo podía creer. ¿De verdad era un sueño? ¿De verdad la tenía delante?
-Ajá. -Dijo mientras daba una vuelta sobre sí misma.- Y veo que tú sigues siendo Sam.
-Ajá. -Dije mientras le cogía un brazo y hacía que diera otra vuelta.
-Te he echado de menos. -Me cogió de las manos.
-Y yo a ti.-De repente, algo en mí estalló.- Llevo recordándote desde el día que te fuiste, Clara.
Miraba el buzón, el móvil y el teléfono fijo las veinticuatro horas del día.- Le solté las manos.-
¿Sabes cuánto tiempo llevo esperando noticias tuyas? -Cuando fijé la mirada en sus ojos, vi que se
llenaban de lágrimas.
-Sam.. yo...
-¡¿Sam yo qué, eh Clara?!-Dije cortándola.
-Yo... te escribí. Te escribí una carta cada domingo. Te llamé mil veces al teléfono fijo ya que, tu
móvil me salía apagado. ¿Crees que no cumpliría mi palabra, Sam? ¿Creer que yo no he esperado
noticias tuyas todos los días? Deseaba hablar contigo, Sam. Oír tu voz, recordar un beso tuyo...
-Clara...-Y, como si no hubiera sucedido nada con anterioridad, la besé. Un beso más largo del
anterior. Un beso tan deseoso como desesperado. Pero, de nuevo se paró. Clara se despegó de mí.
-Sam, ¿tú me escribiste?
-Clara, ¿cómo me puedes preguntar eso? Te escribí y te llamé. Pero, no recibí respuesta.
-Y si ambos nos escribimos, ¿dónde están las cartas? -Dijo mirándome fijamente.
-¿Sabes, Clara? No me importa. Dejemos atrás el pasado. Centrémonos en el presente y en el futuro.
-En nuestro futuro...
-Exacto. ¿Sam, podemos ir a tu casa? -Dijo con una sonrisa traviesa.
-¿De verdad hace falta preguntar?
Esa misma noche, en una habitación...
-Sam, ¿te puedo pedir un favor?
2 Corazones:
Uich, está cortado jaja. Quer vergüenza dioss
Un beso!
Jur yo lo tngo tal kual lo enviaste:S:S. Y ke no te verguenza boba!!! jajajaja. Un beso mi niña
Publicar un comentario