Un Precio Alto Por Soñar - Parte I

¡¡Hola Chic@s!!

Hacia mucho que no escribía, ya iba siendo hora. ¡¡Espero que os guste!!

Un Precio Alto Por Soñar - Parte I

Hacía mucho frío. Blanca siempre había detestado el invierno y cada vez que llegaba esta estación se envolvía en prendas oscuras y abrigadas. Se sentía fea. No es que ella fuese una top model, pero tampoco era una chica poco agraciada. Tenía un cuerpo esbelto, con curvas y una larga melena castaña. Lucía una piel clara y tenía algunas pecas que alegraban su resto. Sus ojos eran verdes y aunque ella no lo supiera, encandilaban los corazones de más de un joven.

Una mañana cuando iba camino al instituto maldiciéndose por tener sus manos heladas y su piel pálida por haber pasado una mala noche, su vida cambio. Oscar, el joven con las que todas soñaban en su clase, se acercó a ella y educadamente le ofreció llevarla en moto hasta el instituto. Ella por un instante, dudo. Nunca antes había intercambiado palabra con él aunque muchas noches había soñado con que sucediese. Nerviosa y ahora calurosa, subió a la moto y se agarró fuertemente a los brazos del chico. Ella había oído que Oscar era un temerario, hasta escucho rumores de que participaba en carreras ilegales, pero no le preocupaba. Sabía que cuando sus escasas amigas la vieran aparecer junto a él la envidiarían y sabía que sería la comidilla del instituto durante días. Aun no había llegado al instituto y ya se sentía popular, algo que llevaba anhelando desde que entro hace dos años. Sus padres se mudaron sin su consentimiento por motivos de trabajo y la arrastraron a un nuevo lugar donde no conocía a nadie. Sus raros gustos en la lectura y la música no destacaban en un lugar como ese. Todos sus compañeros tachaban por el mismo patrón y ella por más que lo había intentando sentía que desentonaba en aquel lugar.

Durante el trayecto no hablaron. Ella dejo que el viento acariciara su cara mientras se relajaba cerca del hombro del chico de sus sueños. No quería estropear el momento y solo deseaba no llegar nunca al instituto y que aquel momento quedara guardado en su mente hasta la eternidad.

Cuando llegaron al instituto todas las miradas se centraron en ellos, ella segura de sí misma como hacia tanto k no se sentía, bajo decidida de la mato. Él la agarro de la cintura y antes de que ella se dirigiera al aula, la beso. Fue un beso largo, apasionado y húmedo. Blanca se estremecio y creyo que se desmayaba. Luego le susurro que la esperaba en el recreo, que se reuniera con él en la esquina que solía frecuentar con sus amistades, que no le fallara. Ella no pudo negarse, deseaba estar junto a él, de hecho en ese momento hubiese hecho cualquier cosa que él le hubiese pedido, incluso faltar a clase, cosa que nunca se hubiese planteado. Para ella su formación y su responsabilidad en el instituto era primordial, pero por él... Hubiese dejado todo en ese instante.

La mañana paso lenta para Blanca. Las tres horas que había hasta el recreo fueron eternas y no podía dejar de mirar ni un segundo su reloj esperando que la aguja se moviese lo más rápido posible. Cuando sonó la campana que anunciaba el descanso, corrió, casi se tropieza con otros compañeros por salir de aquellas paredes lo más rápido posible.

Oscar y sus colegas ya estaban allí, la joven en un momento intuyó que quizás ni habían entrado en clase, era imposible que ya estuvieran allí tan acomodados en tan poco tiempo. Nada más verle, Oscar se acercó a ella y la atrajo bruscamente a su lado. No hizo presentación, solo anuncio que Blanca estaba con él y que todos debían aceptarla sí o sí. No hubo replicas, todos sus amigos asintieron como borreguitos que siguen órdenes.

Aquel grupo no gustaba a la joven. Se reían de sus compañeros y fumaban porros a escasos metros de los profesores, sin embargo, no se fue. Oscar la había cautivado de tal forma, que por mucho que la situación le disgustaba, era incapaz de alejarse.

Cuando acabo el patio, Oscar no la dejo entrar en clase. La engatuso para que lo acompañase a pasear en moto. Ella nerviosa y asustada, nunca antes había hecho pella, acepto. Corriendo entro en su aula a recoger su material y salió disparada de allí. Su amiga, Lydia, que se había fijado en el comportamiento de su amiga, la advirtió. Le comento que Oscar no solo tenía mala reputación con las motos, sino también con las chicas. Había escuchado que a todas les hacía lo mismo, las engañaba y cuando se acostaban con él, las abandonaba. Ella, incoherente, no la escucho y aunque sabía que su amiga no le mentía, ella también había oído algo similar, las ganas de aventurarse con Oscar vencía.

No tardo en reunirse con él. El joven ya estaba subido en su moto cuando ella llego. Arranco y juntos se dirigieron a un lugar a las afueras apartado de la población…