¡¡ Hola Chic@s !!
Os dejo AQUÍ el tercer relato del "I Certamen de Relatos".
¡¡Espero que lo disfrutéis!!
QUISIERA VOLAR CONTIGO PARA SIEMPRE
Autora: Wendy
Blog: http://elblogdew3ndy.blogspot.com/
Categoria: Paranormal
Elena cada día era más consciente de que estaba más enamorada que nunca. Lo que sentía por Adrian no era un simple amor pasajero. Le amaba con toda su alma, cada partícula de su ser anhelaba a Adrian y sabía que el amar de este modo, no era algo que pudiese sentir cualquier. Se sentía magnífica, y el hecho de que Adrian fuese completamente suyo no hacía más que acrecentar esta sensación.
Escuchó pasos bajo sus pies y se inclinó hacia adelante para ver pasar al chico de sus sueños. Cada día que pasaba Elena lo veía más y más guapo. Adrian no era un chico que destacase mucho, con su pelo castaño y sus ojos marrones conseguía parecer uno más, pero para Elena no existía nadie igual. Lanzó un sonoro suspiro que no pasó desapercibido para Adrian, quien sorprendido alzó la mirada y la encontró suspendida en el aire a más de diez metros del suelo como si nada.
-¡Hola cariño! –gritó Adrian mientras sonreía mirando al cielo para que ella supiera que la había visto. Tras saludarla y comprobar como se sorprendía, miró hacia ambos lados de la calle, y dando un pequeño saltito, empezó a volar hasta Elena.
Elena, sintiéndose cazada, no pudo hacer otra cosa que ponerse colorada y esperar a que Adrian llegase hasta ella. Adrian había empezado a volar hacía apenas unos meses y ya sabía todo lo posible por aprender, pero Elena era la experta tras casi un año volando sin parar.
Gracias a volar era por lo que había conocido a Adrian. Al ser un año mayor que él, la habían elegido como su instructora, una de las tareas más importantes en la academia, y ella, con gran honor había aceptado enseñarle los secretos de los planeadores.
-¿De verdad crees que puedes llegar a ser planeador? –le sermoneaba Elena desde el aire a Adrian. – ¡Si realmente quisieras serlo ya deberías ser capaz de dar por lo menos dos pasos por encima del suelo y no eres apto ni para eso! –ella sabía que estaba siendo injusta con él, pues apenas acababa de empezar su instrucción, pero sabía que sólo conseguiría que aprendiese a volar si ponía todo su empeño en ello.
Adrian se enfadó muchísimo con Elena. Ella siempre había sido una chica tímida, de las más tranquilas y buenas que había conocido. El verla transformarse radicalmente de esa manera al convertirse en su instructora le dejó asombrado. Sin pensárselo dos veces, cogió aire profundamente y saltó lo más alto posible, llegando en menos de dos segundos al lado de una conmovida Elena.
-No vuelvas nunca a hablarme de esa manera, Elena. –le recriminó Adrian, tan cerca suyo que pudo notar como ella se había alterado, por la impresión de verle volar tan deprisa. –No te gustaría verme enfadado, pequeña, no te conviene…
-¿Y quien te crees tú que eres para decirme a mi lo que me conviene o no? –le contestó Elena, acercándose todavía más al cuerpo de Adrian. Podía notar como su pecho subía y bajaba a más velocidad y cómo su respiración se amoldaba a la de Adrian ya de por sí acelerada por el vuelo.
-Alguien capaz de conseguir sorprenderte dos veces en menos de un minuto. –contestó Adrian antes de acercar a sus labios a los de Elena y darle un dulce y cálido beso.
Elena se quedó paralizada. Era la primera vez que alguien la besaba, y Adrian lo hacía con delicadeza, como si tuviese miedo de su reacción y ella pudiese alejarse de un momento a otro. Pero Elena era incapaz de alejarse de él, y con una naturalidad que ella misma desconocía, le correspondió el beso a Adrian.
A medida que su beso se hacía más intenso y profundo, el aire comenzó a arremolinarse a su alrededor cada vez más rápido, provocando en Elena y Adrian un subidón de adrenalina extraordinario, dejándolos exhaustos y agotados y con ganas de seguir besándose como si no hubiera mañana.
Cuando creía que se iba a quedar sin respiración, Elena se obligó a separarse de él, y viendo como Adrian ponía una de sus sonrisas más seductoras, notó como el viento se detenía de golpe y volvía a la normalidad.
Tras aquel primer beso, hubieron muchos más, y cada uno de ellos les aportaba sensaciones nuevas de lo más apasionantes. Pero por más que le besaba, Elena siempre deseaba más. Adrian parecía no darse cuenta, pero él pensaba exactamente lo mismo, quería sentir siempre a Elena de la misma manera que cuando la besaba, ansiaba acariciar y besar cada poro de su piel…
Elena parpadeó de vuelta al presente. Adrian se encontraba a su lado observándola con cara de curiosidad y una sonrisa traviesa en los labios. Tras besar dulcemente a Elena, la cogió de la mano y la invitó a volar junto a él por el cielo.
-¿Sabes, princesa? He decidido que quiero estar volando junto a ti para siempre. No quiero volver a caminar por la tierra, quiero ser como el aire, ir dónde me plazca y que nada ni nadie pueda impedírmelo, quiero vivir junto a ti en un mundo en el que no tengamos que ser nunca más tu y yo, sino nosotros. Quiero gritar y llorar de alegría junto a ti y que no tengamos que volver a escondernos nunca más si quiero volar contigo por el cielo, quiero que vivamos nuestra propia vida, mi amor…
Elena besó a Adrian con pasión sin darle tiempo siquiera a terminar de hablar. Ella también deseaba a Adrian con toda su alma y no quería volver a separarse de él jamás.
Una corriente de aire les envolvió por completo, y los transformó en una ligera brisa… convirtiéndolos en uno solo, y dejando tras ellos tan sólo un suave murmullo en el viento…
-Yo también te amo, Adrian.
Os dejo AQUÍ el tercer relato del "I Certamen de Relatos".
¡¡Espero que lo disfrutéis!!
QUISIERA VOLAR CONTIGO PARA SIEMPRE
Autora: Wendy
Blog: http://elblogdew3ndy.blogspot.com/
Categoria: Paranormal
Elena cada día era más consciente de que estaba más enamorada que nunca. Lo que sentía por Adrian no era un simple amor pasajero. Le amaba con toda su alma, cada partícula de su ser anhelaba a Adrian y sabía que el amar de este modo, no era algo que pudiese sentir cualquier. Se sentía magnífica, y el hecho de que Adrian fuese completamente suyo no hacía más que acrecentar esta sensación.
Escuchó pasos bajo sus pies y se inclinó hacia adelante para ver pasar al chico de sus sueños. Cada día que pasaba Elena lo veía más y más guapo. Adrian no era un chico que destacase mucho, con su pelo castaño y sus ojos marrones conseguía parecer uno más, pero para Elena no existía nadie igual. Lanzó un sonoro suspiro que no pasó desapercibido para Adrian, quien sorprendido alzó la mirada y la encontró suspendida en el aire a más de diez metros del suelo como si nada.
-¡Hola cariño! –gritó Adrian mientras sonreía mirando al cielo para que ella supiera que la había visto. Tras saludarla y comprobar como se sorprendía, miró hacia ambos lados de la calle, y dando un pequeño saltito, empezó a volar hasta Elena.
Elena, sintiéndose cazada, no pudo hacer otra cosa que ponerse colorada y esperar a que Adrian llegase hasta ella. Adrian había empezado a volar hacía apenas unos meses y ya sabía todo lo posible por aprender, pero Elena era la experta tras casi un año volando sin parar.
Gracias a volar era por lo que había conocido a Adrian. Al ser un año mayor que él, la habían elegido como su instructora, una de las tareas más importantes en la academia, y ella, con gran honor había aceptado enseñarle los secretos de los planeadores.
-¿De verdad crees que puedes llegar a ser planeador? –le sermoneaba Elena desde el aire a Adrian. – ¡Si realmente quisieras serlo ya deberías ser capaz de dar por lo menos dos pasos por encima del suelo y no eres apto ni para eso! –ella sabía que estaba siendo injusta con él, pues apenas acababa de empezar su instrucción, pero sabía que sólo conseguiría que aprendiese a volar si ponía todo su empeño en ello.
Adrian se enfadó muchísimo con Elena. Ella siempre había sido una chica tímida, de las más tranquilas y buenas que había conocido. El verla transformarse radicalmente de esa manera al convertirse en su instructora le dejó asombrado. Sin pensárselo dos veces, cogió aire profundamente y saltó lo más alto posible, llegando en menos de dos segundos al lado de una conmovida Elena.
-No vuelvas nunca a hablarme de esa manera, Elena. –le recriminó Adrian, tan cerca suyo que pudo notar como ella se había alterado, por la impresión de verle volar tan deprisa. –No te gustaría verme enfadado, pequeña, no te conviene…
-¿Y quien te crees tú que eres para decirme a mi lo que me conviene o no? –le contestó Elena, acercándose todavía más al cuerpo de Adrian. Podía notar como su pecho subía y bajaba a más velocidad y cómo su respiración se amoldaba a la de Adrian ya de por sí acelerada por el vuelo.
-Alguien capaz de conseguir sorprenderte dos veces en menos de un minuto. –contestó Adrian antes de acercar a sus labios a los de Elena y darle un dulce y cálido beso.
Elena se quedó paralizada. Era la primera vez que alguien la besaba, y Adrian lo hacía con delicadeza, como si tuviese miedo de su reacción y ella pudiese alejarse de un momento a otro. Pero Elena era incapaz de alejarse de él, y con una naturalidad que ella misma desconocía, le correspondió el beso a Adrian.
A medida que su beso se hacía más intenso y profundo, el aire comenzó a arremolinarse a su alrededor cada vez más rápido, provocando en Elena y Adrian un subidón de adrenalina extraordinario, dejándolos exhaustos y agotados y con ganas de seguir besándose como si no hubiera mañana.
Cuando creía que se iba a quedar sin respiración, Elena se obligó a separarse de él, y viendo como Adrian ponía una de sus sonrisas más seductoras, notó como el viento se detenía de golpe y volvía a la normalidad.
Tras aquel primer beso, hubieron muchos más, y cada uno de ellos les aportaba sensaciones nuevas de lo más apasionantes. Pero por más que le besaba, Elena siempre deseaba más. Adrian parecía no darse cuenta, pero él pensaba exactamente lo mismo, quería sentir siempre a Elena de la misma manera que cuando la besaba, ansiaba acariciar y besar cada poro de su piel…
Elena parpadeó de vuelta al presente. Adrian se encontraba a su lado observándola con cara de curiosidad y una sonrisa traviesa en los labios. Tras besar dulcemente a Elena, la cogió de la mano y la invitó a volar junto a él por el cielo.
-¿Sabes, princesa? He decidido que quiero estar volando junto a ti para siempre. No quiero volver a caminar por la tierra, quiero ser como el aire, ir dónde me plazca y que nada ni nadie pueda impedírmelo, quiero vivir junto a ti en un mundo en el que no tengamos que ser nunca más tu y yo, sino nosotros. Quiero gritar y llorar de alegría junto a ti y que no tengamos que volver a escondernos nunca más si quiero volar contigo por el cielo, quiero que vivamos nuestra propia vida, mi amor…
Elena besó a Adrian con pasión sin darle tiempo siquiera a terminar de hablar. Ella también deseaba a Adrian con toda su alma y no quería volver a separarse de él jamás.
Una corriente de aire les envolvió por completo, y los transformó en una ligera brisa… convirtiéndolos en uno solo, y dejando tras ellos tan sólo un suave murmullo en el viento…
-Yo también te amo, Adrian.
3 Corazones:
Yo no es por nada, no se quien habrá escrito esto pero es genial eh? ajajaj
No hombre, ahora enserio, espero que os guste que me costó bastante porque no estoy acosumbrada a escribir relatos paranormales, así que en realidad creo que me quedó raro jajaja
Un besazo guapísima! Espero que tenga mucho éxito tu certamen! :D
Luego dices que no sabes escribir... Y yo me río! Mucha suerte!
Leido y a decidir, gracias.
Publicar un comentario