domingo, 9 de octubre de 2011

Relato Aliny - Gincana Literaria

Era una fría tarde de enero. El agua caía del cielo como un torrente, un húmedo y frío torrente.
Lucía temló bajo su impermeable y empezó a correr en dirección a casa, sus botas de agua
pisándo el suelo y salpicando en los charcos. Corría intentando no pensar en nada más que
en el hecho de llegar a casa para no acabar más empapada de lo que estaba. Pero eso fue
imposible, claro.
Un rostro hermoso, de rasgos finos y elegantes se dibujó en su mente. La miraba, con un brillo
especial en los ojos, una tierna sonrisa cuya dueña Lucía sabía que era ella, al menos lo era
antes de que su perfecta historia se acabara. Lucía frenó en seco, jadeando en parte por la
carrera, en parte por el dolor que le provocaba aquel recuerdo.
_ Alex_ suspiró en silencio mientras las lágrimas volvía a inundarla.
Hacía casi 7 meses desde que compartieron la última mirada, 7 meses de absoluta tristeza que
había sepultado a la antigua Lucía transformándola en la muchacha retraída y callada en la que
se había convertido.
Apoyada en la pared se tragó las ganas de llorar y siguió caminando.
Cuando llegó a casa,esta estaba vacía como siempre pasaba a esas horas, tras la marcha de
Alex, Lucía perdió mucho contacto con su madre, siempre estaba encerrada en la habitación
recordando, creyendo que sería capaz de vivir solo con recuerdos.
El timbre de la puerta sonó y Lucia dio un respingo.Se levantó y fue a abrir la puerta.
En el pasillo estaba un niño de no más de 10 años que la miraba con una sonrisa en los labios.
_Esto es para Lucía_ dijo mientras alargaba un peluche rosa con forma de osito.
Lucía se llevó la mano a la boca cogió el peluche y volvió cerrandole la puerta al niño se sento
en el suelo apoyándose en la puerta. Se acordó del mismo peluche que le había regalado Alex
en su primer cumpleaños, hacía 5 años. En aquel entonces se acababan de conocer pero era
como si siempre hubieran estado juntos.
Se abrazó al peluche cuando se dio cuenta de que tenía una pequeña cremallera en la
parte de atrás. Tiró de ella abriéndola. En su interior había una hoja doblada en un pequeño
cuadrado, lo cogió entre sus dedos y lo abrió.
En la parte de delante había una foto de dos personas contemplando el cielo de la noche, le dió
la vuelta para mirar hacia la parte de atrás.
"La luna y las estrellas son luz suficiente para iluminar las oscuras noches, y un puente puede
transformarse en el lugar más hermoso y romantico del mundo, todo se reduce a la persona
con la que estés."
Lucía rememoró aquella noche, estaban con los amigos haciendo una fogata y ella y Alex se
marcharon a dar un paseo, cansados del jaleo que armaban los demás. Habían pasado los
primeros minutos en silencio hasta que llegaron al puente, Alex se había apoyado en una de
las barandillas del y miraba embelesado al cielo.
_ ¿Te has dado cuenta de la cantidad de luz que hay esta noche?_ preguntó Alex
_ Sí, será porque la luna está llena.
_ Creo que esto será perfecto.
Lucía lo miró extrañada.
_ Perfecto... ¿para qué?_ preguntó ella.
_ Para esto_ dijo acercándose y dándole un beso en la boca, pillándola por sorpresa.
Lucía no se apartó, era lo que llevaba queriendo desde hace meses y simplemente disfrutó del
momento creyéndo que era solo un sueño más.
Cuando se separaron, ella se rio y dijo:
_ Esto no era lo que me imaginaba, me refiero al sitio, nunca creí que si me besabas sería en
un descampado.
Alex rio y simplemete respondió:
_ El puente no es lo más bonito que hay, pero tú estás aquí, así que es más que suficiente
para que este destartalado lugar sea el más hermoso y romántico del mundo. Te quiero, Lucía,
siempre lo he hecho y ahora que he tenido el valor de decírtelo espero que tú...

_ Yo también te quiero_ le cortó Lucía abrazándose a él_ te quiero_ dijo en un susurro.
Lucía volvió de repente a la realidad y movida por los recuerdos cogió su impermeable y se
dirigió al puente. Ya había anochecido y la calles estaba bastante vacía debido al frío. Cuando
llegó a su destino se quedó mirando al viejo puente, abrumada por todo lo que significaba para
ella.
Una voz carraspeó tras ella. Lucía se giró sorprendida de que hubiera alguien ahí. Cuando miró
a la figuro que estaba de pie ante ella se quedó muda.
Él la miraba con sus ojos verdes, el oscuro pelo había crecido desde la última vez que lo vió,
cuando sonrió pudo comprobar que su sonrisa seguía siendo la misma.
_ Alex...
_ Lucía, he vuelto, como te prometí...
_ No... esto es mentira... tus padres...
_ Lucía se lo he dejado claro, mis padres son parte de mi vida, pero tú también, si ellos no te
aceptan es su problema, ya soy mayor, he tomado mis propias decisiones, y mi decisión es
volver contigo. Si aun me quieres, claro...
Lucía aun con los ojos húmedos lo abrazó temiendo que se fuera mientras la luna asomaba
tímida entre las nubes.

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