miércoles, 26 de octubre de 2011

Relato Espe - Gincana Literaria

El chico de mis sueños

Todos los días me despertaba con el recuerdo del sueño que había tenido, y todos los días era el mismo. Me levanté y fui a la ducha, deseando que el agua me relajara, pero en cuanto cerraba los ojos, hay estaba, ese rostro que me hacia enloquecer.

Suspiré por undécima vez y salí de la ducha envolviéndome con una toalla. Me vestí con lo primero que pillé y me fui a trabajar al supermercado, dónde era cajera.

Los días en semana iba a la universidad de Seattle y el fin de semana trabajaba aquí, para poder pagarme mis estudios.

-Buenos días Carol - me saludó mi jefe, Oscar Black.

-Hola -contesté sin ganas

-Quería saber si haces algo esta noche, porque tengo entradas para ver el concierto de Muse y me gustaría que vinieras conmigo -Resoplé

-Oscar, no, no voy a ir contigo a ese concierto ni a ningún otro, no sigas insistiendo, por favor.

Se dio la vuelta y se marchó por donde había venido.

Sabia que había sido brusca con él, pero nunca se daba por vencido.

Hacia años que le conocía, desde el instituto y ya entonces no paraba de agobiarme para que saliera con él, asíque no se por qué seguía insistiendo si sabia cual iba a ser la respuesta.

Me puse a trabajar, ya que me quedaba una larga jornada por delante.

Todos los días eran igual, y acabe agotada, me fui a cambiar y volví para casa.

Ya estaba anocheciendo cuando aparqué, las luces estaban encendidas por lo que Lorena debía de estar en casa.

-Te veo fatal - me dijo Lorena observándome desde el sofá -¿Es por el trabajo? o ¿otra vez no has dormido?

-Un poco de todo, además Oscar a vuelto a pedirme que salga con él - a Lorena siempre le contaba todo, era como una hermana para mi.

-Sí que es persistente el chico - dijo rodando los ojos - Carolina... - se puso seria -¿No sera que has vuelto a tener ese sueño?

Suspiré -No puedo sacármelo de la cabeza...

Desde hacia unos meses siempre tenia el mismo sueño.

........

Estaba perdida en medio del bosque, rodeada de oscuridad, deambulaba de un lado a otro, hasta que veía una luz lejana, salía corriendo hacia allí y cuando llegaba a esa luz extraña se convertía en un rostro. Era un rostro hermoso, como el semblante de un ángel, sus facciones eran rectas, perfectas, simétricas. Tenía unos labios carnosos y perfectos, y unos ojos verdes en los que te podías perder.

Ese rostro me miraba y sonreía infundiéndome una sensación de paz que nunca había experimentado.

Y cuando iba a hablar, me despertaba empapada en sudor y un nudo en el estomago.

......

Vimos una película y nos acostamos pronto, ya que mañana yo volvía a trabajar y Lorena había quedado temprano con Raúl, su primo.

Como venia siendo habitual esa noche soñé lo mismo.

---------------------------------------------------------------

Hice la misma rutina del día anterior y al llegar a casa me di cuenta de que había luz en la casa de al lado, al parecer teníamos vecinos nuevos.

Al día siguiente nada más entrar en casa, después de la universidad, Lorena empezó a dar saltitos emocionada.

-¡Hay nuevos vecinos!, ¡Tenemos que ir a darles la bienvenida! - dijo mientras señalaba una tarta de manzana que estaba encima de la mesa.

-La he comprado para dársela - aclaró al ver mi mirada interrogante.

-Vale me arreglo y vamos - no tenia muchas ganas pero haría un esfuerzo por ella, que se veía realmente excitada por la idea.

Llamamos a la puerta, una vez todo estuvo en orden, y al abrirse me quede anonadada, ante mí se encontraba un rostro muy familiar, un rostro con el que había estado soñando estos últimos meses.

-¡Hola!, somos las vecinas de aquí al lado- dijo Lorena con su entusiasmo habitual y señalando hacia nuestro hogar.

Yo seguía sin poder creer lo que estaba viendo, no podía pronunciar palabra. ¿Estaría soñando? ¿O ya definitivamente había perdido la cabeza?

-Yo soy Lorena y la mudita de aquí al lado es Carolina - dijo dándome un fuerte codazo en las costillas que me sacó de mi ensismamiento.

El chico nos dedicó una hermosa sonrisa

-Julián Cullen para servirlas - se presentó cambiando su sonrisa a una pícara.

-¡Ah! se me olvidaba, te hemos traído esto- dijo Lorena entregándole la tarta que había comprado.

Él la cogio encantado -¿Por qué no pasáis y nos comemos un trozo de tarta y un café?

Nos hizo un gesto para que pasáramos y así lo hicimos. Yo intenté volver a la realidad, no quería parecer idiota.

La casa era grande, tenía una decoración moderna. Todo en tonos blancos y negros.

Nos sentamos en unos sillones muy cómodos, mientras Julián iba a la cocina para prepararlo todo.

-Lorena, escucha-la llamé en susurros, ella me miró expectante- es él…

-¿Qué? - preguntó desconcertada

-Qué es él, Julián es el chico con el que he estado soñando - la dije bajito para que él no nos escuchara.

Ella frunció el ceño-¿Pero como puede ser eso posible?, no lo entiendo, ¿Le habías visto ya antes?

Negué con la cabeza, que yo recordara jamás le había visto, además un chico como él es difícil de olvidar.

En ese momento llegó Julián con una bandeja en la que llevaba tres cafés y varios trozos de la tarta, así que las dos disimulamos.

-Aquí tenéis -puso en la mesa, delante nuestra, lo que traía y se sentó enfrente mia.

-¿De dónde eres?- hablé por primera vez, quería saber si era probable que le hubiera visto antes…

-Soy de Chicago -dijo después de darle un sorbo a su café mientras me miraba intensamente, me perdí en sus ojos.

Lorena se dio cuenta de nuestras miradas y dejó escapar una sonrisilla, que hizo que los dos apartáramos ruborizados la cara.

Se formó un silencio bastante incómodo después de aquello. Lorena decidió romperlo.

-Y... ¿Por qué has decidido venirte a vivir a Seattle? -le preguntó con interés.

Volvió a mirarme antes de contestar -Algo me impulsó a hacerlo...

¿Qué quería decir con eso? Me quedé mirándole, intentando saber a que se refería.

En ese momento sonó un móvil, era el de Lorena, miró la pantalla y sonrió.

-Disculparme un momento -y se alejó para poder hablar.

Yo no sabia que decir y se ve que Julián tampoco, me dediqué a beber de mi café. Al rato llegó Lorena con una expresión de preocupación.

-Lo siento pero me tengo que ir -nos dijo

-Pero... ¿Ha pasado algo? -se la veía inquieta

-Es que Raúl se a metido en problemas y me necesita, ya sabes como es -dijo mirándome de una forma rara- Bueno… hasta otro día Julián -le dijo mientras le daba dos besos, luego se acerco a mí -Hasta luego Carol - y me susurró en el oído sin que Julián la viera -Aprovecha ahora que te quedas a solas con él...-me dijo guiñándome un ojo.

La iba a matar, seguro que se había inventado todo y a Raúl no le pasaba nada...

Al irse Lorena me quedé estática en el sofá, ¿Y ahora que hacia?...

-Bueno… se hace tarde - quería irme de allí, estaba muy nerviosa y no sabía como acabaría… este chico era mi perdición.

-Si quieres puedes quedarte a cenar - me ofreció, dedicándome una mirada profunda, que me hipnotizó, mis piernas parecían de gelatina.

-No, da igual, pero gracias - le dediqué una sonrisa nerviosa.

Me acompañó a la puerta y la dejó abierta para mí.

-Ya sabes dónde estoy, si quieres algo de mí…- Dijo susurrando y dejando la frase sin concluir. Se paso una mano por su pelo alborotándolo más aun.

Me mordí el labio, era tan sexy...

No sé cómo paso, pero no pude controlarme más y me lancé a su boca.

Le di un beso en sus labios tibios, quería que fuera breve, pues me di cuenta de lo que estaba haciendo y quise parar antes de perder completamente el control, pero él me detuvo, cojiendome por la cintura para prolongarlo más, a lo yo no me opuse.

De repente se alejo de mi boca, vi como iba hacia la puerta y la cerraba para a continuación acercarse a mi, lo próximo que sentí fueron sus tibios labios recorriendo mi cuello mientras me sujetaba por la cintura, yo subí mis manos por su pecho y lo abracé por el cuello, estaba perdiéndome en sus caricias, ¿cómo era posible que con solo unas caricias estuviera excitándome de esa manera?

Deslizó sus manos por mi espalda y bajo lentamente el cierre de mi vestido mientras sus labios subían por mi mentón hasta llegar a los míos, me besó despacio y suavemente, yo correspondí un tanto frenética, me estaban matando sus caricias y había deseado, como nunca antes, sentir su boca unida a la mía. Le quité la corbata y la tiré en el suelo, él comenzó a bajar lentamente mi vestido en tanto yo desabrochaba su camisa sin dejar de besarnos, el vestido cayó al suelo y yo levanté los pies para librarme completamente de él y lo tiré al suelo al igual que su camisa.

Entonces, él besó uno de mis hombros mientras sus manos desabrochaban el sostén y me lo quitaba por completo, besó uno de mis senos mientras acariciaba el otro con movimientos circulares, yo estaba ya jadeando y tenía mis manos enterradas en su cabello. Subió por mi cuello con besos cortos hasta volver a besarme en los labios y me dirigió hacia el sofá, me tendió en el y se colocó encima de mí, fue besando mi cuello nuevamente y siguió bajando por entre mis pechos, continuó hacia mi ombligo y sentí como sus manos me quitaban la única prenda que me quedaba. Abrí la boca cuando sentí que besaba la parte más íntima de mi cuerpo, con las manos agarré el borde del sofá y un fuerte gemido se me escapó que, incluso, me sorprendió, yo era del tipo silencioso en esas cuestiones, pero sus caricias me estaban enloqueciendo, de pronto sentí una fuerte corriente eléctrica recorriendo cada minúscula parte de mi cuerpo, estaba llegando al clímax, otro sonido escapó de mi boca y me agarré aún más fuerte.

Mi respiración y mi pulso estaban a mil y trataba de controlarlos, vi como él se levantaba y terminaba de desnudarse, de su pantalón sacó un condón, le retiró la envoltura y se lo puso, se volvió a subir encima mia y acarició mis piernas con sus manos hasta llegar a la cadera, acarició mi pelvis y no sé que botón encendió, pero sentí una fuerte necesidad de tenerlo dentro, así que abrí mis piernas y sentí como se introducía, me aferré a su espalda mientras él se movía constantemente besando alternadamente mis senos, jadeaba, pero, a decir verdad, mis gemidos eran los que inundaban la sala, jamás había sentido lo que ahora estaba experimentando, aceleró sus movimientos mientras se apoyaba con ambas manos sobre el sofá, pude ver completamente su rostro retorcido, mis manos subían y bajaban por su espalda mientras le suplicaba por más, sus movimientos se volvieron frenéticos y de pronto me envolvió una sensación totalmente desconocida y nueva para mí, era el éxtasis total, creo que hasta luces de colores pude ver. Se dejó caer rendido sobre mí, estábamos empapados en sudor. Cuando controló un poco su respiración, se acostó a mi lado, abrazándome, nos quedamos en silencio unos minutos, yo trataba de recobrar el aliento y el sentido de las cosas, entonces él se levantó del sofá y dando me la mano me invitó a subir a su habitación.

Allí volvimos a ser uno. Entregándonos al amor...

-Sé que esto te va a sonar raro -me dijo mientras me acariciaba el pelo ya tumbados en su cama y más relajados.-Pero... he estado soñando contigo estos últimos meses.

Yo me separé un poco de él y me apoyé en el codo para poder verle mejor.

-¿De verdad? -él asintió, yo me quedé sorprendida -Pues, yo también he soñado contigo, créeme si no fuera por qué me parece que te conozco de toda la vida esto no habría pasado- le dije mientras le acariciaba el rostro y depositaba pequeños besos en él -Yo no soy así.

Me dedicó una hermosa sonrisa.

-Yo tampoco soy tan lanzado, pero me alegro de que esto haya pasado, pues no sabía como decirte.... Que te quiero.

En ese momento supe que yo por él sentía exactamente lo mismo y que estaríamos juntos por siempre.

1 Corazones:

Anónimo dijo...

Ten la decencia de escribir tus propias historias y dejar de plagiar. Te copias parrafos enteros de otra historia. Sé original nena !!!!

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...